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No, no has entrado por error en la web de Esperanza Gracia. Porque por mucho que te suene a astrología y a horóscopos, el taurodontismo es una patología dental bastante desconocida, a pesar de que la sufren muchas personas. ¿No sabes qué es? Pues en este post te lo contamos explicándote cómo se manifiesta.
¿Qué es el taurodontismo?
Se trata de una anomalía dental que altera la forma y la estructura de las raíces y de la cámara pulpar de las piezas dentales, principalmente de las molares.
Si te preguntas a qué se debe este término, todo apunta a que provenga de las palabras latinas “taurus”, que significa toro, y “odonto”, que significa diente, ya que los dientes afectados por este problema adoptan una forma parecida a la que tienen los dientes de los toros y otros animales herbívoros similares.
En un diente normal, la cámara pulpar, que es el espacio interno donde se encuentra la pulpa dental (compuesta por nervios y vasos sanguíneos), se sitúa en la corona y se extiende hacia las raíces en forma de conductos radiculares. Sin embargo, en las personas que padecen taurodontismo, la cámara pulpar es significativamente más grande y se extiende más hacia abajo, reduciendo la longitud de las raíces.
Este agrandamiento de la cámara pulpar y la reducción de las raíces dan al diente una apariencia rectangular y una mayor robustez en la porción de la corona.
Los grados del taurodontismo
El taurodontismo no se manifiesta en todas las personas de la misma forma, ni en las mismas piezas dentales (aunque sea más frecuente en las molares) ni con la misma intensidad.
De hecho, puede ser clasificado en tres grados, según la extensión de la ampliación de la cámara pulpar y la reducción de las raíces:
- Hipotaurodontismo (grado leve)
- Mesotaurodontismo (grado moderado)
- Hipertaurodontismo (grado severo)
¿Por qué se produce esta anomalía?
Las causas exactas del taurodontismo no se conocen con certeza, pero parece estar relacionado con factores o trastornos genéticos como, por ejemplo, el síndrome de Klinefelter, la displasia ectodérmica y la tricotiodistrofia.
Desde el punto de vista clínico, el taurodontismo puede presentar desafíos significativos en la práctica odontológica. El agrandamiento de la cámara pulpar y la disminución de las raíces pueden complicar procedimientos como endodoncias, extracciones y la colocación de implantes dentales. Además, la identificación de esta condición es crucial para evitar diagnósticos erróneos y planificar tratamientos adecuados.
El diagnóstico del taurodontismo se realiza mediante escáneres dentales, donde se puede observar la característica forma rectangular del diente y la ampliación de la cámara pulpar. En algunos casos, esta anomalía también provoca que la corona tenga una forma indebida, presentando un alargamiento excesivo o bifurcaciones anómalas.
Es fundamental que los odontólogos estén familiarizados con esta anomalía para proporcionar un manejo adecuado y prevenir complicaciones durante el tratamiento. Y como te decíamos, especialmente si tienes algún otro problema dental para el que debas iniciar un tratamiento. Porque el taurodontismo puede influir en el desarrollo de dicho tratamiento, sobre todo en casos concretos como la sustitución de una pieza dental perdida. Por eso, lo mejor es acudir siempre a una clínica dental con especialistas en implantes en Madrid para tener la garantía de recibir un tratamiento correcto en el que se tengan en cuenta patologías como esta.
Si necesitas ponerte en manos de profesionales así, reserva una cita en Centro Dental Lavapiés y nuestros expertos encontrarán la mejor solución para tu caso.
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